Credibilidad, alcance orgánico y una cultura transparente: esos son los tres beneficios inmediatos cuando tu equipo habla con libertad sobre la empresa. Pero, cuidado, no hablamos de repetir mensajes corporativos como si fueran loros, sino de facilitar que quienes viven la cultura desde entro la comuniquen con coherencia (y verdad).
Por ello, venimos a explicarte qué es el Employee Advocacy, por qué funciona y los pasos prácticos para activarlo correctamente.
¿Qué es el Employee Advocacy?
El Employee Advocacy es una estrategia de comunicación que consiste en convertir a los empleados en influencers naturales de la empresa.
Esto no significa que se repitan mensajes corporativos de forma forzada, sino que, de manera voluntaria y natural, compartan su experiencia, valores o contenido de la marca a través de sus propios canales, especialmente en redes sociales.
Lo que hace potente a esta estrategia no es solo su impacto en visibilidad o reputación, sino su carga emocional: implica confianza, orgullo, pertenencia y coherencia entre lo que la empresa dice y lo que realmente se vive dentro.
Y es ahí donde está la clave: los mensajes que nacen desde dentro, desde quienes viven la cultura día a día, son lo que más conectan. Por eso, construir una estrategia de comunicación sin contar con tu equipo es como salir a correr sin zapatillas, puedes hacerlo, pero no llegarás muy lejos ni cómodo.
¿Y cómo se hace esto? ¿Cómo activar esa voz interna para que suene auténtica, coherente y auténtica? Y, sobre todo, ¿qué beneficios tiene? Vamos a descubrirlo paso a paso.
Beneficios internos del Employee Advocacy
El Employee Advocacy es mucho más que una táctica de visibilidad, ya que tiene un doble beneficio: por un lado, mejora la percepción externa de la marca; por otro, transforma el clima interno. Y este segundo aspecto es el que tiene efectos más duraderos.
Cuando una empresa confía en su equipo como portavoz, no solo comunica de forma más humana, también construye una cultura donde el orgullo, el reconocimiento y la pertenencia aumentan. Y eso se nota.
Veamos los beneficios del Employee Advocacy uno a uno:

Beneficios de Employee Advocacy :: Importa Comunicación
1. Sentido de pertenencia
Uno de los beneficios más poderosos del Employee Advocacy es el fortalecimiento del sentido de pertenencia.
Cuando una empresa da visibilidad a sus empleados no solo amplifica su voz, realmente les está diciendo: “tú importas”. Y esto genera un fuerte sentido de pertenencia y orgullo profesional.
Es lo que ocurre, por ejemplo, en empresas como Magenta Pinturas, donde son los propios trabajadores quienes protagonizan los vídeos de producto, atención al cliente o incluso piezas virales en redes sociales. No hay actores, hay personas reales, con nombres y apellidos, que hablan y comparten con naturalidad su trabajo diario. Al principio costaba, ahora hay rifas para ver quién sale en el siguiente vídeo.
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Este tipo de visibilidad refuerza el vínculo con la empresa y proyecta autenticidad hacia el exterior. Porque, al final, un empleado comprometido se convierte en un defensor genuino de la marca, y ese compromiso nace de sentirse parte activa de algo más grande.
2. Motivación, autoestima y salud emocional
A su vez, involucrar a los empleados en la comunicación de marca también tiene un efecto directo sobre su motivación y bienestar emocional.
Según estudios recogidos en ScienceDirect y Quantum Workplace, los trabajadores que sienten que su voz cuenta, tienen niveles más altos de autoestima, mejores relaciones laborales y mayor satisfacción general.
Otro ejemplo ilustrativo es nuestro cliente FarverTrans, donde con el objetivo de captar talento en la organización comenzamos a realizar un plan en LinkedIn de employer branding.
En su cuenta de empresa, los empleados participan en vídeos hablando de su día a día: cómo es el equipo, cómo describen la empresa en una palabra, o quién conoce mejor a quién. El mensaje que se transmite es tanto informativo como emocional: “me gusta estar aquí”. Y ese sentimiento se contagia.
3. Reconocimiento externo y visibilidad profesional
Asimismo, ser embajador de marca no solo beneficia a la empresa. También puede impulsar la proyección profesional de cada empleado.
Compartir contenidos de valor, participar en campañas o aparecer en redes sociales corporativas da visibilidad al talento, refuerza la marca personal y abre nuevas conexiones profesionales.
Esto se refleja en Valoffice, donde los equipos explican cómo abordan proyectos, qué valor aportan y cómo se organizan internamente. Esta exposición profesional puede servir como carta de presentación ante futuros clientes o colaboradores.
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Además, muchas veces esta visibilidad viene acompañada de reconocimiento dentro y fuera de la empresa, lo que aumenta el engagement y la motivación por formar parte del equipo.
4. Cohesión de equipo y cultura compartida
Según la psicología organizacional, fenómenos como el contagio emocional (las emociones que se trasladan de unos miembros a otros dentro de un grupo) refuerzan la cohesión y mejoran el ambiente laboral.
Una cuenta de Instagram que nos fascina y que refleja claramente este fenómeno es la empresa de logística china LX Pantos. Su perfil sorprende todas las semanas con nuevos reels donde el equipo participa en trending topics, bailes virales y retos que no necesitan un guión para transmitir lo esencial: que hay un ambiente sano, divertido y de confianza dentro de la empresa.
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No hablan directamente del trabajo ni se describen funciones diarias, pero se respira cohesión. Y eso, a ojos externos, comunica tanto o más que cualquier campaña formal de branding o un buen eslogan.
¡Os invitamos a seguir esta cuenta para tener cada mañana una sonrisa!
5. Retención del talento
Y cuando todo lo anterior sucede, pasa algo más como consecuencia inevitable: las personas se quedan. Es decir, no solo se consigue disminuir la rotación, sino crear una cultura que retiene por afinidad y no por obligación.
Porque cuando un equipo siente que forma parte de algo real, que su voz cuenta y que el entorno es sano y estimulante, la motivación deja de depender solo del sueldo o del rol que se ocupa.
Estrategias de Employee Advocacy
Sin embargo, una buena estrategia de Employee Advocacy no empieza con pedirle a tu equipo que comparta publicaciones, sino con crear una cultura donde quieran hacerlo.
Y para eso, no basta con tener un buen producto o una historia inspiradora, hay que generar espacios, mensajes y dinámicas en las que los empleados se vean reflejados.
Aquí te contamos algunas claves para que ese impulso surja de forma natural y, lo más importante, se sostenga en el tiempo.
1. Comparte contenido que represente al equipo
Empieza preguntándote: ¿qué tipo de publicaciones compartiría tu equipo en sus redes si nadie se lo pidiera?
No se trata de llenar el feed corporativo de frases motivacionales, sino de generar contenido que conecte con quienes viven la empresa desde dentro.
Formatos con entrevistas breves, clips del día a día, momentos espontáneos o vídeos donde se habla de forma honesta sobre retos y aciertos funcionan mejor que cualquier post genérico. Porque la autenticidad no solo se nota, se contagia.
2. Facilita la participación
Para ello, lo ideal es ofrecer contenidos fáciles de compartir, formatos que ayuden a posicionar la marca personal de los empleados, e incluso propuestas que puedan enriquecer sus perfiles. Pero siempre respetando sus tiempos.
Un buen punto de partida es involucrar a los equipos en la creación del contenido, invitarles a dar ideas o permitirles contar las cosas “a su manera”. Darles voz es más eficaz que darles un guion.
3. Participación voluntaria
Un aspecto clave del Employee Advocacy es asegurar que la participación sea siempre voluntaria y respetuosa con la vida personal de cada empleado.
Forzar o presionar a los trabajadores para que compartan contenidos puede generar rechazo o incluso impacto negativo en la motivación y el clima laboral.
Por eso, es fundamental que la iniciativa se base en la confianza y en el deseo de formar parte de la comunicación de la empresa, sin que nadie sienta que debe hacerlo por imposición o por temor a consecuencias.
Esta filosofía no solo protege el bienestar emocional, sino que refuerza el compromiso a largo plazo, haciendo que la estrategia funcione de verdad y no sea una obligación más dentro del día a día.
4. Crea dinámicas que motiven
Ojo, los incentivos ayudan siempre que no conviertan la participación en una competición forzada.
Algunas ideas que puedes implementar pueden ser:
- Reto del mes en redes sociales: cada mes se propone un tema (por ejemplo: “mi mejor aprendizaje en la empresa” o “un día conmigo” y se invita al equipo a contarlo a su manera.
- Historias cruzadas: los empleados cuentan anécdotas sobre otros compañeros, resaltando su talento o aportes. Esto genera reconocimiento interno y contenido auténtico.
- Espacios creativos internos: abrir un canal (en Slack, Teams u otra plataforma) donde los empleados puedan compartir ideas de contenido, fotos o iniciativas.
- Reconocimiento visible: no hablamos tanto de premios materiales, sino de agradecimientos públicos en newsletters, reuniones de equipo o en la propia cuenta corporativa.
Pequeños gestos como reconocer públicamente a quienes participan, incluir juegos o retos internos, o incluso proponer “formatos estrella” que sean divertidos de grabar, pueden hacer que la participación sea mucho más natural y atractiva.
El objetivo no es viralizar por viralizar, sino hacer que compartir contenido sobre la empresa sea algo apetecible, espontáneo y, por qué no, divertido.
5. Haz que la cultura se note (no solo se diga)
Al final, el mejor contenido nace de una cultura real. Si el ambiente laboral es positivo, la confianza fluye y las personas sienten que pueden mostrarse como son, entonces el Employee Advocacy será una consecuencia, no una estrategia forzada.
Por eso, cualquier esfuerzo en comunicación debe ir de la mano de iniciativas internas que refuercen el orgullo de pertenencia, el compañerismo y el bienestar. Porque si la cultura no se vive dentro, es imposible que se refleje fuera.
¿Cómo diseñar un plan de Employee Advocacy?
Después de entender la importancia y los beneficios del Employee Advocacy, y de conocer algunas estrategias para activarlo, llega el momento clave: diseñar un plan concreto y adaptado a tu empresa.
Porque, aunque la idea general es sencilla, hacerlo bien requiere orden, objetivos claros y un proceso estructurado.
Aquí te compartimos los pasos fundamentales para empezar a convertir a tus empleados en verdaderos embajadores de la marca.

Cómo diseñar un plan de Employee Advocacy :: Importa Comunicación
1. Definir los objetivos
Toda estrategia efectiva empieza con un “por qué”. ¿Qué quieres lograr con el Employee Advocacy?
Puede ser mejorar la reputación de la empresa, aumentar el alcance en redes sociales, fortalecer la cultura interna o potenciar la captación y retención de talento.
Es importante que selecciones solo algunos objetivos prioritarios, para no dispersar esfuerzos. Estos objetivos guiarán también la elección de métricas o KPIs que te ayudarán a medir el éxito de la iniciativa.
2. Seleccionar e incorporar a los empleados
No todos los empleados tienen que formar parte del plan desde el inicio, ni todos estarán igual de motivados. Puedes comenzar invitando a un grupo pequeño y voluntario, ya sea por orden de inscripción o seleccionando a quienes ya están activos en redes sociales y tienen afinidad con la cultura digital.
Lo ideal es que esta selección inicial sea cuidadosa para garantizar autenticidad y coherencia, sin que la actividad se convierta en una obligación o algo impuesto.
3. Elaborar un plan editorial flexible y dinámico
Por último, para que el contenido sea atractivo y útil, debe planificarse con antelación. Crear un calendario editorial con temas variados, desde noticias corporativas, pasando por casos de éxito, hasta historias personales de los empleados, mantiene la frescura y el interés.
Sin embargo, también es fundamental dejar espacio para que los propios empleados aporten contenido propio y expresen su voz personal, siempre dentro de unos límites que aseguren coherencia y respeto a las políticas internas.
¿Cómo saber si tu plan funciona?
Una vez diseñado e implementado el plan de Employee Advocacy, debemos asegurar que la estrategia está dando resultados reales. Para ello, es imprescindible medir y analizar su desempeño de forma continua. Sin datos claros y medibles, cualquier esfuerzo puede perder rumbo o no alcanzar su máximo potencial.
¿Qué debes medir?
Las métricas que elijas dependen directamente de los objetivos que definiste al inicio. Para hacerlo más sencillo, podemos basarnos en un modelo muy usado en marketing llamado embudo de conversión, que divide el proceso en tres etapas: TOFU, MOFU y BOFU.

Embudo conversión Employee Advocacy :: Importa Comunicación
- Primera etapa: alcance y visibilidad (TOFU)
En esta etapa inicial el objetivo principal es generar visibilidad y alcance, es decir, que el mensaje llegue a cuantas más personas posibles.
Algunas formas de medirlo son: cuántas veces se ve tu marca en comparación con la competencia, si los comentarios que reciben son más positivos o negativos (sentimiento neto), y cuánto te cuesta que mil personas vean tu contenido (coste por mil impresiones).
- Segunda etapa: interacción y compromiso (MOFU)
Una vez que las personas ven el contenido, pasamos a la segunda fase, en la cual buscamos generar interés y compromiso para que la audiencia se involucre con la marca.
Para eso observamos la cantidad de “me gusta”, comentarios y compartidos (tasa de Engagement), cuánto cuesta que alguien haga clic en un enlace (coste por clic) y cuántas personas están realmente alcanzando las publicaciones.
- Tercera etapa: resultados concretos (BOFU)
En esta última fase es donde se esperan resultados concretos, es decir, que un cliente potencial realice una acción de valor: una consulta, un registro o una compra.
Aquí mediremos cuántas personas hacen clic realmente en un enlace (tasa de clics), cuántas de estas visitas terminan comprando o realizando alguna acción importante (tasa de conversión), y cuánto cuesta atraer a cada nuevo talento (coste de adquisición).
¿Por qué es importante esta medición?
Medir te ayuda a saber qué está funcionando y qué necesita mejorar. Así puedes enfocar mejor tus esfuerzos y no desperdiciar tiempo ni recursos.
Además, contar con datos claros te permitirá mostrar a los directivos y a los empleados el impacto real de la estrategia, lo que ayuda a mantener la motivación y el compromiso a largo plazo.
Y para que el análisis sea efectivo, puedes seguir estos consejos:
- Selecciona pocos KPIs clave que estén directamente alineados con los objetivos de tu plan. Demasiados indicadores pueden abrumar y dispersar la atención.
- Revisa las métricas periódicamente, idealmente cada mes o trimestre, para poder hacer ajustes ágiles y mejorar continuamente.
- Combina los datos cuantitativos con feedback cualitativo de los propios empleados. Así tendrás una visión completa, entendiendo no solo el “qué” sino también el “por qué” detrás de los resultados.
En resumen…
Si quieres que tus empleados no solo hablen de tu marca, sino que la vivan y la sientan, es hora de dejar atrás las fórmulas rígidas y apostar por la confianza, la autonomía y el respeto.
¿Listo para activar el potencial que ya está en tu equipo? No esperes a que te lo cuenten. Empieza hoy mismo.






